LAS ESTRANGULACIONES
Las estrangulaciones, como vimos oportunamente (fig. 113), tienen por objeto hacer perder el conocimiento por estrangulamiento sanguíneo, por estrangulamiento respiratorio o por estragularniento nervioso.
Explicamos ya Ios principios de la técnica de las estrangulaciones fundamentales. Vamos a ver unas cuantas más.
Estrangulamiento cruzado en dislocación (figuras 242, 243 y 244).—Os encontráis en la misma posición del estrangulamiento cruzado de la figura 114. Con la mano derecha cogéis lo más lejos posible detrás de la oreja el borde derecho del cuello del adversario, colocando el pulgar encima. Pasáis el antebrazo izquierdo por debajo del antebrazo derecho y con la mano izquierda agarràis de la misma manera debajo del cuello del adversario por el lado izquierdo.
Vuestras muñecas se cruzan deante la garganta del adversario.
Efectuáis un doble movimiento: primero tracción de los brazos, que aprieta estrechamente el canto radial de las muñecas contra el cuello del adversario, y levanta su cara; después, torsión de las muñecas hacia arriba. lo que viene a acentuar la pre sión y completar el estrangulamiento.
Este es un estrangulamiento sanguíneo.
Estrangulamiento por detrás (fig. 245).—Colocáis el antebrazo derecho bajo la mandíbula del adversario. El antebrazo izquierdo entra en contacto con el omoplato izquierdo del adversario, y la
muñeca izquierda se apoya sobre la clavícula izquierda de éste, lo más cerca posible de su cuello. Os cogéis las manos en presa fundamental y bajáis la cabeza detrás de la del adversario, para blocar su nuca con vuestro hombro derecho.
Este estrangulamiento es respiratorio.
Otro estrangulamiento por detrás (fig. 246).— Con el brazo derecho rodeáis el cuello del adversario. La mano derecha se apoya sobre vuestro bíceps izquierdo. Entonces dobláis et brazo izquierdo, y apoyáis la palma de la mano izquierda sobre la nuca del adversario.
Este estrangulamiento también es respiratorio.
Estrangulamiento cogiendo el hombro (fig. 247). —Estando echado de espaldas al suelo, tenéis al adversario bloqueado entre vuestras piernas. Pasaís la pierna derecha por delante del brazo izquierdo del adversario y por encima del hombro; cogéis su brazo derecho y su cuello, en tijera, entre las piernas, que extendéis todo lo posible para apretar las rodillas, y tiráis fuertemente hacia vuestra derecha el brazo derecho del adversario.
Se trata de un estrangulamiento sanguíneo.
Estrangulamiento del tronco (fig. 248)—Estáis echados de espaldas al suelo y tenéis al adversario blocado entre las piernas. Engancháis los pies por detrás de aquél, levantáis las piernas para poner vuestras rodillas al nivel de sus falsas costillas, y comprimís lo más fuertemente posible el busto del adversario.
Estrangulamiento con la rodilla (fig. 249).—Estando en la posición que indica la figura, pasáis vuestra pierna derecha bajo la cabeza del adversario. Su nuca está bloqueada sobre la rodilla derecha. Tenéis la pierna izquierda ligeramente doblada, y la corva de la rodilla aprieta la tráquea del adversario.
Es un estrangulamiento respiratorio.
Dislocación de la solapa (figs. 25Oy 251).—Con la mano izquierda cogéis la solapa derecha del adversario lo más lejos posible detrás de la oreja, el pulgar situado al interior.
Vuestro antebrazo pasa bajo el cuello del adversario y el hombro bloca su nuca por el otro lado.
Por otra parte, deslizàis el brazo derecho detrás del brazo izquierdo del adversario, y lo pasáis bajo la axila para coger, pulgar igualmente al exterior, la solapa izquierda del adversario, de la que tiráis fuertemente hacia abajo.
Al propio tiempo, empujáis con todo el peso el mentón sobre el omoplato derecho del adversario, dejando deslizar hacia atrás, fuera del alcance de los brazos de aquél, las piernas extendidas y separadas, con las plantas de los pies bien planas sobre el suelo.
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