Hapukī wa, kenkō no tame no kenkō hojo shokuhin, kenkō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, eiyō hojo shokuhin, Deru hapukīdo Esu pōru sūperio e biesutesutāru ra purashikarasōrā evu~anzu Ando defensa purobidensu, jūyōna essensharu de deraroro de karakusā Deru pāsonaru. Kojin-teki ni wa, kojin-tekina jōhō ga rogu ni kiroku sa rete imasu. Cortesía, respeto, modestia, lealtad, kenshin-tekina musuko no musuko wa, musuko no ra fuente, perū tanbien rasu wa Hapkido o rekōdeddo shite imasu.
Tips para situaciones "reales".
Hapkido Force Argentina
En cualquier tipo de enfrentamiento combativo en la calle, luchar en el suelo durante un periodo de tiempo prolongado puede suponer un gran problema. A pesar de que los agarres y saber controlar a nuestro agresor ha demostrado una grandísima eficacia en entornos controlados como el Dojo, la Academia… o en cierto tipo de situaciones reales, en la calle todo puede ser muy diferente. El objetivo de esta entrada es aclarar algunos puntos vitales sin restar importancia a la necesidad de aprender artes como la Lucha, el BJJ o el Judo.
En primer lugar en las peleas “ahí fuera” la situación nos compromete a lidiar con más de un adversario al mismo tiempo. Existen pues variables con las que no estamos acostumbrados a tratar desde una perspectiva de grappling “clasista” o deportivo.
Si hablamos de fuerzas de seguridad y nuestro entreno no va dirigido a las necesidades específicas requeridas para nuestro trabajo, hay que saber que la mayoría de los agarres comprometerán ambas manos, la distancia de seguridad quedará anulada y nuestra autoprotección quedará en suspenso. Mientras usas las manos para controlar a tu adversario en una situación de caos real, pueden sustraerte el arma y ésta puede volverse en tu contra con fuerza letal. No estamos hablando de ninguna película de Hollywood, no estamos hablando de suposiciones irreales, por desgracia es lo que pasa en el mundo real.
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Ahora todos estaréis pensando en los viejos parámetros de que el 90% de las peleas terminan en el suelo. Quizás hace años fuese así . En la actualidad no creo que sea del todo cierto y aunque así lo fuese, soy de los que creen en la eficacia y en la necesidad de entrenarse en las artes de grappling, pero básicamente para saber cómo no quedarse ahí durante mucho tiempo. Más de un minuto rodando con un agresor en pleno asfalto, con sus amigos pateando tu cabeza, exponiendo zonas vitales, no es precisamente hacer apología de la supervivencia.
Como base para entender esta entrada distingamos pues entre realidad y deporte. No me mal interpretéis, por supuesto que hay transferencias importantísimas del Grappling a la realidad, no estoy poniendo esto en tela de juicio, lo que analizamos es: ¿qué debo tener en cuenta para que mi entreno funcione?
La mentalidad de caída: Una cosa básica a tener muy en cuenta: en una situación real no vas a querer irte al suelo. Si caes (estás en desventaja) busca posiciones de control, tu foco debería estar centrado en caer por arriba. Esto de la guardia es seguro en el Tatami y cuando no hay golpes. Si eres de tirarte a la guardia, en la calle puede que lo hagas sin ser demasiado consciente hasta que sea un poco tarde para rectificar. En definitiva y a grandes rasgos: aprende grappling para mantenerte en pie. Si caes debes saber como levantarte, simple… nada fácil. Sería algo así como la “idea del Wrestling“, saber tirar y/o controlar, evitar que lo hagan y si caes… vuelta en pie.
Mantener la distancia de seguridad: Asunto vital, una de las primeras normas de la supervivencia ahí fuera, seas civil o “fuerza de la ley y el orden”, es saber mantener una distancia de seguridad adecuada. Si tu fuerte es el “grappling deportivo” tu cuerpo estará altamente preparado, pero tus reacciones instintivas puede que te pongan en peligro. En la calle hay armas y sorpresas (desagradables), en el Tatami no. La mejor manera de mantener tu vida a salvo es ver… poder reaccionar ante un arma que puede estar escondida. Esto se logra manteniendo una distancia larga (más parecida a la de golpeo). Si eres fuerza de seguridad y llevas tu arma reglamentaria, esta distancia de seguridad te dará tiempo para poder usarla o protegerla.
Recuperar el control: Es cierto, la distancia corta ocurre sí o sí en una situación de combate (deportiva o real), la idea es transferir nuestro conocimiento de lucha para poder recuperar el control de la distancia constantemente. Luchar en la calle es hacerlo para recuperar situaciones de ventaja en la que poder defendernos con inteligencia.
Protegerse ante “golpes inesperados” y gestión de estrés. No es común que en “grappling deportivo” intenten mordernos, meternos los dedos en los ojos, nos arañen con saña o saquen un arma de dios sabe donde con una maldad con la que no solemos lidiar. Tampoco es que nos golpeen otros adversarios. Ni tan siquiera la gestión del estrés es el mismo (no es lo mismo un ambiente reglado a la jungla que supone la calle). La lucha nos da un control muy fino de la situación en distancia corta, pero una vez más nuestra mente, nuestro entreno repetitivo de situaciones deportivas, puede jugarnos una mala pasada. Protegernos es vital, esto lo logramos por ejemplo luchando por arriba, rodilla en la barrida… esto alimentará una situación de control más ventajosa.
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Mantener la distancia de seguridad: Asunto vital, una de las primeras normas de la supervivencia ahí fuera, seas civil o “fuerza de la ley y el orden”, es saber mantener una distancia de seguridad adecuada. Si tu fuerte es el “grappling deportivo” tu cuerpo estará altamente preparado, pero tus reacciones instintivas puede que te pongan en peligro. En la calle hay armas y sorpresas (desagradables), en el Tatami no. La mejor manera de mantener tu vida a salvo es ver… poder reaccionar ante un arma que puede estar escondida. Esto se logra manteniendo una distancia larga (más parecida a la de golpeo). Si eres fuerza de seguridad y llevas tu arma reglamentaria, esta distancia de seguridad te dará tiempo para poder usarla o protegerla.
Recuperar el control: Es cierto, la distancia corta ocurre sí o sí en una situación de combate (deportiva o real), la idea es transferir nuestro conocimiento de lucha para poder recuperar el control de la distancia constantemente. Luchar en la calle es hacerlo para recuperar situaciones de ventaja en la que poder defendernos con inteligencia.
Protegerse ante “golpes inesperados” y gestión de estrés. No es común que en “grappling deportivo” intenten mordernos, meternos los dedos en los ojos, nos arañen con saña o saquen un arma de dios sabe donde con una maldad con la que no solemos lidiar. Tampoco es que nos golpeen otros adversarios. Ni tan siquiera la gestión del estrés es el mismo (no es lo mismo un ambiente reglado a la jungla que supone la calle). La lucha nos da un control muy fino de la situación en distancia corta, pero una vez más nuestra mente, nuestro entreno repetitivo de situaciones deportivas, puede jugarnos una mala pasada. Protegernos es vital, esto lo logramos por ejemplo luchando por arriba, rodilla en la barrida… esto alimentará una situación de control más ventajosa.
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No estamos hablando de nada nuevo. Intelectualmente podemos entender con precisión qué puede ayudarnos y qué puede complicarnos la vida en una situación real. Otra cosa muy diferente es que seamos capaces de llevarlo acabo. Ahí está el quid de la cuestión. Recordar una vez más: pelearás (por tu vida) como hayas entrenado. Hay casos extremos que así lo atestiguan. Sólo si has estado involucrado en alguna/as situación real sabrás qué es lo que te funciona y qué no. Las transferencias están ahí, “tan sólo” hay que conocerlas y potenciarlas.
Hugo Cascia
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