Si os encontráis de espaldas en el suelo (fig. 142) y el adversario, sentado sobre los talones, se encuentra blocado entre vuestras piernas. En esta posición, tiene mucha importancia el contacto de vuestras rodillas contra los costados del adversario.
Luxación con estrangulamiento (fig. 143).—Levantáis las piernas y el hueco de vuestra rodilla izquierda abraza el tríceps derecho del adversario, la cara interna de vuestra rodilla y la parte baja de vuestro muslo bloca el codo del adversario. Apretáis vuestras rodillas, no en la línea de los hombros del adversario, sino en un plano situado delante del pecho de éste. Mantenéis muy firmemente con vuestras dos manos la muñeca derecha del adversario, cara interna vuelta hacia arriba, sobre vuestro esternón, y debe arquearse muy poco, si los contactos son correctos, para que la luxación se produzca.
Luxación en cruz (figs. 144 y 145).— Supongamos que el adversario trata de cclocaros una estrangulación y para esto toma punto de apoyo con la mano izquierda sobre vuestra solapa.
En este caso cogéis con las dos manos la muñeca izquierda del adversario y tiráis de ella en dirección a vuestro cuello, apoyándola contra vuestro esternón; los codos permanecen pegados al cuerpo.
Con el pie izquierdo empujáis la ingle derecha del adversario; pivotáis sobre vuestro costado izquierdo y enrolláis en espiral, con la pierna derecha, el brazo izquierdo del adversario, colocando el hueco de vuestra rodilla exactamente encima del codo del adversario, sobre los ligamentos del tríceps, y la parte anterior de vuestra pierna delante del cuello del adversario bajo su barbilla.
Observamos aquí un triple movimiento: tracción sobre el brazo izquierdo del adversario; presión de vuestra pierna izquierda en la ingle derecha del adversario; enrrollamiento y presión de vuestra pierna derecha entorno del brazo izquierdo del adversario.
Blocaje por las rodillas (fig. 146).—El adversario introduce sus brazos bajo vuestras axilas para tratar de inmovllizaros. Entonces apretáis vuestros brazos contra el cuerpo para blocar las muñecas y los antebrazos del adversario par su cara interna
contra vuestras costillas. Contorneáis par el exterior los brazos del adversario con los vuestros de manera que los pliegues de vuestros codos acuñen los codos del adversario sobre el olecráneo; os cogéis las manos en presa fundamental, apoyáis vuestros pies contra las caderas del adversario en los pliegues inguinales; apretáis las caras internas de vuestras rodillas contra los tríceps del adversario y, finalmente os arqueáis.
Una variante de esta llave, pero efectuada sobre un solo brazo del adversario, consiste (fig. 147) en blocar la muñeca izquierda del adversario en vuestra axila derecha.
Otra luxación del brazo (figs. 148 y 149).—La palma de la mano izquierda del adversario se encuentra apoyada sobre la cara externa de vuestro bíceps derecho. Las caras internas de la muñeca del adversario y de vuestro codo se encuentran pues en contacto.
Colocáis vuestra mano derecha plana sobre el codo del adversario, y vuestra mano izquierda un poco más arriba, al nivel de los tendones del olecráneo. Ponéis la planta de vuestro pie izquierdo en la axila derecha del adversario; dobláis la pierna derecha de manera que la cara interna de vuestra rodilla se apoye contra el hombro izquierdo de adversario.
Establecidos estos contactos, giráis un poco sobre vuestro costado izquierdo, ahuecando un poco el abdomen, y alzando ligeramente el hombro derecho; luego apretáis la ingle derecha del adversario con vuestra pierna izquierda hasta llevar hombro derecho, pecho y mejilla derecha de este último contra el suelo.
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